El huracán Melissa dejó un saldo devastador en el extremo oriental de Cuba, con al menos 45.282 viviendas afectadas, según datos preliminares presentados por la Presidencia durante una reunión del Consejo de Defensa Nacional. El fenómeno, que impactó la isla el pasado miércoles como categoría 3, provocó severas inundaciones, deslaves y daños estructurales en múltiples provincias.

Hasta el momento, no se han reportado víctimas mortales en territorio cubano, a diferencia de lo ocurrido en Jamaica, Haití y Bahamas. Unas 120.000 personas permanecen evacuadas en centros de acogida o en casas de familiares.

La gobernadora de Granma, Yanetsy Terry, informó que el municipio Río Cauto ha sido uno de los más afectados, debido a la crecida del río homónimo, el más caudaloso del país. Aunque el nivel del agua comienza a descender, las tensiones persisten.

En el sector educativo, se reportaron daños en 1.552 centros escolares, de los cuales 200 ya han sido rehabilitados. Muchas escuelas están siendo utilizadas como albergues, lo que dificultará una reanudación uniforme de las clases, según explicó la ministra de Educación, Naima Ariatne Trujillo.

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El sistema de salud también sufrió afectaciones: 461 instalaciones, entre hospitales, policlínicos, consultorios y farmacias, presentan daños estructurales o funcionales.

El suministro de electricidad ha comenzado a restablecerse en Las Tunas, donde el servicio alcanza ya al 94,5 % de los clientes. Sin embargo, en Holguín, Granma y Guantánamo los avances son más lentos, con coberturas del 40,5 %, 58,7 % y 50,4 %, respectivamente, según el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy.

Melissa cruzó el oriente cubano durante siete horas con vientos de hasta 200 km/h y precipitaciones que superaron los 400 milímetros. Las lluvias provocaron el desbordamiento de ríos y embalses, así como deslaves en zonas montañosas, afectando gravemente edificaciones, cultivos e infraestructura pública.

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