El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, reconoció este jueves que el mundo ha fracasado en su intento de limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París.

Durante la cumbre de líderes previa a la COP30, celebrada en la ciudad brasileña de Belém, Guterres calificó el incumplimiento como “un fracaso moral y una negligencia mortal”. Afirmó que décadas de retraso y negación han llevado a esta situación crítica, aunque insistió en que aún es posible minimizar los daños si se acelera la eliminación de los combustibles fósiles.

El secretario general advirtió que cada año que se supere el límite de 1,5 °C se profundizarán las desigualdades y se afectará con mayor dureza a los países en desarrollo, que menos han contribuido al problema. “Demasiados dirigentes siguen siendo rehenes de los intereses de los combustibles fósiles”, lamentó.

Guterres también alertó que la falta de acción inmediata pone en riesgo el futuro de las próximas generaciones y amenaza la estabilidad de los ecosistemas y la economía mundial.

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Según datos divulgados por la Organización Meteorológica Mundial, las emisiones de gases contaminantes aumentaron un 2,3 % en 2024 respecto a 2023, y continúan creciendo en 2025. Aunque reconoció que los nuevos planes climáticos representan un avance, Guterres señaló que “aún están muy por debajo de lo necesario”.

“El límite de 1,5 °C no es una meta simbólica, sino una línea roja para la humanidad”, enfatizó. Si el mundo actúa ahora y a gran escala, dijo, se puede lograr que la crisis climática sea lo más “baja, breve y segura posible”.





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