Este 13 de marzo se cumplen 12 años desde que Jorge Bergoglio fue presentado como el nuevo papa de la Iglesia católica.

En las últimas semanas, Francisco, su nombre de pontífice ha cambio su habitual residencia por un cuarto en el hospital Gemelli, catalogado por Juan Pablo II.

Francisco fue ingresado en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis, que derivó en una neumonía que afectaba a ambos pulmones, con un cuadro clínico “complejo”, según el Vaticano.

A lo largo de su hospitalización, sufrió varias crisis respiratorias que hicieron temer por su vida.

El 22 de febrero, el papa “tuvo una crisis respiratoria asmática prolongada” y recibió además una transfusión de sangre por una “trombocitopenia” –disminución de plaquetas–, “asociada a una anemia”.

‘Los ecuatorianos elevamos nuestras oraciones por su pronta recuperación’, indica Daniel Noboa en mensaje de apoyo al papa Francisco

Seis después sufrió una “crisis aislada de broncoespasmo” –contracción de la musculatura que recubre los bronquios–, que le provocó “vómitos con inhalación” y un empeoramiento de su estado.

El 3 de marzo, Francisco padeció “dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda”, causados “por una importante acumulación de moco endobronquial y el consiguiente broncoespasmo”.

Los médicos le realizaron dos “broncoscopias” para aspirar las “abundantes secreciones”, precisó la Santa Sede.

Desde entonces, recibe oxígeno a través de una cánula nasal de alto flujo durante el día y con una mascarilla que le cubre nariz y boca durante la noche.

Desde su apartamento de la décima planta del hospital Gemelli, el pontífice recibe pocas visitas y trabaja cuando su estado se lo permite.

Su secretario de Estado, el cardenal italiano Pietro Parolin, y el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra –números 2 y 3 de la Santa Sede, respectivamente– son de los pocos que lo visitan.

Cada mañana recibe la Eucaristía y reza en la capilla privada de su apartamento. En los últimos días, siguió a distancia los ejercicios espirituales organizados por Cuaresma en el Vaticano.

Esta hospitalización es la cuarta y más larga desde su elección en 2013.

En 2021, estuvo ingresado 10 días por una cirugía de colon. En 2023, pasó tres días en marzo por una bronquitis y otra decena de días en junio para operarse de una hernia abdominal.

Francisco tiene además sobrepeso y dolores de rodilla, que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas desde 2022.

A los 21 años, ya estuvo a punto de morir de pleuresía y debieron extirparle el lóbulo superior del pulmón derecho.

Recientemente comenzó a utilizar un audífono y reveló que se operó de cataratas en 2019.



Source link